Introducción
La metformina es una biguanida muy conocida por ser un medicamento especialmente utilizado en el tratamiento de la diabetes mellitus tipo 2. Históricamente este producto, originario de Europa Central y Meridional,Asia Menor e Irán, está unido a la Galega officinalis (Foto No. 1) la cual también es conocida como ruda de cabra, lila francesa o hierba profesora, entre otros nombres, un medicamento de uso tradicional medieval en el viejo mundo, rico en guanidina y que ya en el año 1918 se demostró que reducía la glucosa en la sangre, si bien, ya desde el año 1772 era utilizado para tratar los síntomas de la diabetes como la poliuria y la polidipsia, para sin embargo, ser posteriormente olvidada, siendo en la década de 1940 cuando es redescubierta como un medicamento útil para tratar la influenza, notándose entonces que en estos pacientes con influenza, se producía una disminución de la glucosa en sangre. Podemos resumir entonces indicando, que esta droga (clorhidrato de 1,1-dimetilbiguanida) durante los últimos 60, años ha sido el medicamento más utilizado para reducir la glucosa y es el producto farmacológico considerado como de primera línea para pacientes con diagnóstico reciente de diabetes mellitus tipo 2, estimándose que al momento, es utilizada diariamente por más de 200 millones de pacientes, bien sea como monoterapia o combinada con sulfonilureas o inhibidores de la dipeptidil peptidasa. El nombre Galega proviene del griego gala, que significa leche y de ega, que significa provocar, ya que se la usaba como galactógeno en pequeños animales domésticos.
En adultos el tratamiento con metformina por lo común se inicia con una dosis de 500 mg a 850 mg dos veces al dia, dosis que se puede incrementar 500 mg cada semana o 850 mg cada dos semanas hasta alcanzar una dosis máxima de 2550 mg.
En lo que respecta a contraindicaciones para el uso de la metformina, se podría indicar dos puntos esenciales, el primero, la hipersensibilidad a este fármaco y el segundo, pacientes con alto riesgo de acidosis láctica entre los que se incluyen :
En los últimos años se ha intensificado el interés por nuevos usos de este medicamento que permiten abordar el tratamiento del síndrome metabólico, síndrome de ovario poliquístico, estados hiperandrogénicos y últimamente múltiples patologías dermatológicas, como son enfermedades inflamatorias de la piel tales como, psoriasis o hidradenitis supurativa, cáncer de piel demostrando propiedades antitumorales, dermatosis relacionadas con patología endócrina, como hirsutismo o acantosis nigricans y el uso de crema tópica de metformina, que ha demostrado buenos resultados en el tratamiento del melasma.
Conocemos que el hiperandrogenismo asociado con hiperinsulinemia y resistencia a la insulina pueden tener una significativa importancia en la aparición de varios procesos dermatológicos. La resistencia a la insulina se caracteriza por una disminución de la absorción celular de glucosa. La fracción citoplasmática del transportador de glucosa 4 sensible a la insulina (GLUT4) disminuye significativamente y la metformina contrarresta este proceso permitiendo una mayor absorción de glucosa y por tanto una disminución de la resistencia a la insulina, todo lo anterior le da a la metformina una marcada importancia en el tratamiento de diferentes dermatosis. .
Metformina en el acné Vulgar.Sabemos que la patogenia del acné vulgar se asocia con un fuerte aumento de los andrógenos, la hormona del crecimiento y su mediador, el factor de crecimiento similar a la insulina 1 (IGF-1). Este hiperandrogenismo, la elevación de IGF-1 y la resistencia a la insulina están igualmente asociados con el sindrome de ovario poliquístico de gran influencia en la persistencia y gravedad del acné. La metformina mejora la sensibilidad a la insulina e inhibe la lipogénesis y además disminuye la biodisponibilidad de IGF-1 en pacientes con síndrome de ovario poliquístico.
En un estudio realizado en pacientes con acné13 se sugirió que el mecanismo de acción no era totalmente atribuíble a su acción directa contra la resistencia a la insulina. Si pensamos que la administración oral de metformina mejora la glicemia y que la administración IV no logra el mismo resultado, podemos deducir que la acción de la metformina podría estar relacionada con el intestino. Por otra parte, hace tiempo se conoce que el acné vulgar afecta a algunos mecanismos gastrointestinales, y estos autores, concluyen que su trabajo demuestra que la metformina podría tratar el acné de moderado a grave mediante la regulación de la microbiota intestinal .
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