Enfermedad de Grover (Dermatosis acantolítica transitoria)
Artículo de investigación Centro Dermatológico Dr. Úraga | Vol 6 | Nº 3 2024

Enfermedad de Grover (Dermatosis acantolítica transitoria):
Reporte de un caso clínico.
Carla Verdugo,* Sebastián Freire,* Gladys Castillo,* Fernando Montalvo,* Santiago Palacios**


Cuadro Clínico

Se presenta un paciente masculino de 78 años, sin antecedentes patológicos de importancia, que acude por un cuadro cutáneo de 5 meses de evolución. Este cuadro se caracteriza por lesiones intensamente pruriginosas que inicialmente se localizaron en el cuello y que se han extendido hacia áreas intertriginosas. El paciente fue tratado como si tuviera tiña del cuerpo y recibió tratamiento con fluconazol por vía oral, pero no se observó mejoría. 

En el examen físico, se encuentra una dermatosis diseminada en el cuello (Figura 1A), el tronco, la región inguinal y el área perianal, caracterizada por pápulas eritematosas que confluyen formando placas eritematosas (Figura 1B). Estas placas son levemente hiperqueratósicas y presentan maceración y áreas de erosión en los pliegues.

Haga su diagnóstico

Se realizó biopsia cutánea de piel del cuello y de región inguinal.

Discusión

La dermatosis acantolítica transitoria es un trastorno cutáneo adquirido, generalmente benigno y autolimitado, con una evolución variable. El diagnóstico definitivo suele retrasarse debido a que su presentación clínica frecuentemente se confunde con procesos infecciosos, como ocurrió en el caso del paciente reportado.

Clínicamente, la dermatosis se presenta como una erupción monomorfa, aguda, compuesta por pápulas o vesículas eritematosas, algunas de las cuales pueden mostrar hiperqueratosis. Aunque las lesiones suelen aparecer en áreas fotoexpuestas, pueden presentarse en múltiples sitios, siendo más frecuentes en el tronco (84-99%), seguido de las extremidades proximales (35-63%) y las inferiores (61%). Otras áreas menos comunes incluyen el cuello (21%), la cara/cuero cabelludo (17%), la axila (4%) y las membranas mucosas (1%)2. En el caso clínico reportado, las lesiones aparecieron en el tórax, cuello y región genital, que son áreas frecuentemente afectadas, según la literatura.

A nivel dermatoscópico, las características descritas incluyen un fondo rosado con vasos polimorfos y estructuras en forma de estrella y ovaladas, de color blanco-amarillento con un halo blanco, además de escamas y erosión superficial en la dermis, lo que puede ser un signo clave para el diagnóstico3. Al resolverse pueden presentar discromía postinflamatoria. Esta patología no se asocia con síntomas sistémicos, a excepción del prurito, que es frecuente e intenso en la mayoría de los pacientes.

Se han descrito tres variantes clínicas: eruptiva transitoria, asintomática crónica y pruriginosa persistente. Entre las asociaciones más comunes se incluyen antecedentes de malignidad, tumores, pacientes inmunocomprometidos, uso de fármacos, otras enfermedades dermatológicas, así como exposición a radiación UV, ejercicio físico, fricción y sudoración como factores desencadenantes.

El diagnóstico de la dermatosis acantolítica transitoria se basa en la anamnesis, la evaluación clínica y los hallazgos histopatológicos. En los estudios histológicos, se observa principalmente acantolisis acompañada de disqueratosis. No obstante, en la epidermis también pueden encontrarse signos de hiperqueratosis, acantosis y paraqueratosis. Además, en la dermis puede haber edema junto con un infiltrado inflamatorio compuesto principalmente por linfocitos, eosinófilos o neutrófilos perivasculares. Se han descrito cinco patrones histológicos distintos para esta enfermedad.

El tratamiento de la dermatosis acantolítica transitoria depende del grado de afectación. En formas leves, se maneja con corticoides tópicos, análogos de la vitamina D o inhibidores de la calcineurina. Para las formas moderadas, se considera el uso de corticoides orales, con prednisona a dosis de 0.5 a 1 mg/kg/día. También se han utilizado isotretinoína (a dosis de 40 mg/día) o acitretina (0.5 mg/kg/día) con buenos resultados.

En los casos severos y refractarios, se ha descrito el uso de fototerapia (PUVA, UVA-1) y, como último recurso, fármacos anti-TNF6. En el caso de nuestro paciente, se observó una respuesta adecuada al tratamiento con corticoides, iniciando con prednisona a una dosis de 60 mg/día, con reducción progresiva de la dosis semanalmente y acompañada de antihistamínicos de acción sedante. A las tres semanas, se evidenció la resolución de las lesiones.

 Bibliografía

 1. Sousou, J. M., Fritsche, J. M., Fernandez, B. R., Tummala, M. R., & Scott, R. (2022). Management and Treatment of Grover’s Disease: A Case Report and Review of Literature. Cureus. https://doi.org/10.7759/cureus.24082.

 2. Aldana, P. C., & Khachemoune, A. (2020). Grover disease: review of subtypes with a focus on management options. In International Journal of Dermatology (Vol. 59, Issue 5). https://doi.org/10.1111/ijd.14700.

 3. Valdivia L., Escalante E., Escalante E., Garagorri E., Cabanillas J., Reina N. (2012). Características clínicas e histopatológicas del nevus sebáceo de Jadassohn en el Hospital Central de Aeronáutica. Dermatol Perú; 22 (1)

 4. Arceu Ojeda, M. V., Martínez, G., Arellano, J., Corredoira, Y., & Frenkel, C. (2019). Enfermedades acantolíticas: caracterización de pacientes entre los años 2007 y 2017 en el Hospital Clínico San Borja Arriaran (HCSBA) y revisión de la literatura. Revista Chilena de Dermatología, 35(2). https://doi.org/10.31879/rcderm.v35i2.216.

 5. Moya G., N., Cortés G., A., Morales H., C., & Vera G., V. (2018). Enfermedad de Grover, una patología ampollar poco frecuente: a propósito de 2 casos. Revista Hospital Clínico Universidad de Chile, 29(2). https://doi.org/10.5354/2735-7996.2018.70319.

 6. Juárez, S. C., Gallmann, A. L., Brusa, J. R., Andrade, M. N., Guidi, A., & Papa, M. B. (2022). Enfermedad de Grover, múltiples facetas de una enfermedad. Dermatología Argentina, 28(1). https://doi.org/10.47196/da.v28i1.2244.